sábado, 28 de enero de 2023

NUESTROS ORÍGENES PRERROMANOS: "EL CAMPÓN"

El castro de El Campón, situado al Este de la playa de Veneiro (conocida más recientemente como playa de Xilo) es un recinto arqueológico de carácter marítimo y tamaño medio (aproximadamente 3700 m²) que está incluido en el Inventario de Patrimonio Cultural de Asturias. 

El topónimo Campón (derivado del sustantivo latino CAMPUM “campo”, “terreno llano” o de su variante femenina CAMPA “campo abierto y ancho en la parte alta de un monte”) se refiere en el contexto arqueológico a zonas altas y llanas en las que es habitual localizar castros, tal y como sucede por ejemplo en El Campón de Villaviciosa o en La Campa Torres de Gijón. En la siguiente imagen puede verse despejado de árboles en primer término el castro de El Campón y al fondo El Castiellu, el cual también podría contener restos arqueológicos.



La mayoría de castros gozan de una localización estratégica, y en el caso de El Campón su buena situación se materializa en: emplazamiento defensivo frente a ataques, buena visibilidad por tierra y mar, acceso a agua dulce, posibles tierras de cultivo o recolección, zonas de pesca y caza, etc.

El castro está aún sin excavar, por lo que se desconoce lo que existe en su interior y no puede ser datado cronológicamente con exactitud. Lo que sí sabemos es lo que se aprecia a partir de su topografía. Su situación es privilegiada al estar en una pequeña península, lindando por el Norte, Este y Oeste con 100 metros de desnivel en el acantilado marino. Por el Sur tiene una vaguada que asegura una visibilidad de al menos 300 metros, y de la cual está separada por una línea defensiva formada por dos fosos y dos parapetos alternos (un parapeto es un talud elevado, construido generalmente con los propios escombros extraídos de los fosos). Estos elementos defensivos podemos verlos claramente al Este del castro, al lado de la Senda Costera.

No se aprecian los parapetos en la zona Oeste del castro, donde dichos elementos han sido derruidos o allanados. En la siguiente imagen se indica con una línea roja la forma del antiguo foso, el cual está relleno de piedras y tierra del antiguo parapeto.

 


La ladera Sur tiene una fuerte pendiente hasta el río que vierte sus aguas en Aguilar, río donde los antiguos pobladores podrían recoger agua dulce todo el año. Esa misma ladera, bien orientada al sol, podría ser buen lugar para tierras de cultivo. 



Respecto de la flora cercana, resulta curioso encontrar una gran cantidad de “brassica oleracea sylvestris” en los acantilados de El Campón y de El Castiellu.  



Esta variedad de berza silvestre está protegida como especie vulnerable en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de la Flora del Principado de Asturias. Su cultivo se fija en Asturias desde el I milenio a. C. La reproducción de la planta se realiza a través de semillas, las cuales son hermafroditas, por lo cual es viable una reproducción autónoma y sin cultivo humano desde hace siglos. Si bien es habitual encontrarla en diversas zonas de la costa cantábrica, resulta curioso que la mayor concentración de todo el concejo se dé en el entorno del castro, lo que podría ser un vestigio de su consumo y/o cultivo por sus habitantes.

Por analogía con otros castros similares ya excavados (por ejemplo, La Campa Torres) en los que han aparecido restos de pesca y marisqueo, podemos suponer que los habitantes de El Campón incorporaron a su alimentación lo que pescaban en la costa.

Además de las anteriores, el castro presenta una última característica geoestratégica, puesto que está situado sobre una antigua explotación minera, que da nombre a las playas de Veneiro y Veneirín, topónimos derivados del latín VENAM “filón de mineral”. Aunque algunos vecinos de Muros trabajaron ocasionalmente extrayendo mineral a mediados del siglo XX, lo relevante respecto de El Campón sería su aprovechamiento minero en época prerromana o romana.

Quizás algún día la excavación del castro nos aporte más conocimientos de aquellos antiguos pobladores de nuestro concejo.

 

 Javier García Alonso - Juan José García González


Bibliografía


Camino Mayor, Jorge, Los castros marítimos en Asturias. RIDEA, Oviedo, 1995.

Catálogo Regional de Flora amenazada de Asturias. Red ambiental de Asturias. Gobierno del Principado de Asturias. (Consultado en medioambiente.asturias.es el día 28/12/2022)

Catálogo Urbanístico. Web del Ayuntamiento de Muros de Nalón (consultado el día 28/12/2022).

García Arias, Xosé Lluis, Diccionariu xeneral de la llingua asturiana, Oviedo, Academia de la Llingua Asturiana, 2002

García Arias, Xosé Lluis, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, Editorial Prensa Asturiana, S. A., Oviedo, 2005

García Quirós Mª Paz. «Reseña de la carta arqueológica de Muros del Nalón» Excavaciones arqueológicas en Asturias 1991-94, Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias, Oviedo, 1995. p.93-104.

Web Arqueoastur.com (consultada el día 28/12/2022)

sábado, 14 de enero de 2023

ESPILONGA

Encontramos este topónimo en nuestro municipio para designar dos realidades bien diferentes: por un lado, la Fuente de Espilonga, situada junto a las casas de la Barra de San Esteban, y por otro, varios prados y montes a la izquierda de la carretera que, desde La Atalaya, conduce hacia el Espíritu Santo, ya cerca de este. Son varias parcelas que pertenecen al polígono 1 del catastro con las numeraciones 303, 304, 308, 321, etc., si bien el nombre con el que se las designa en la sede del Catastro virtual, por una errónea reinterpretación del nombre original, es “Las Pilongas”. Llama la atención que se emplee el mismo topónimo, Espilonga, para dos puntos situados a una cierta distancia. La explicación de este hecho puede encontrarse en algunos documentos históricos de varios siglos de antigüedad con los que tenemos la suerte de contar.

En el apeo o inventario de bienes que don Diego Fernández de Miranda, padre del primer Marqués de Valdecarzana, tenía en Muros y su jurisdicción, se menciona el topónimo varias veces (tomamos las citas del apéndice III del libro de Félix Fierro, manteniendo las grafías del texto):

“Mas declararon ser suyo, en el término de espilonga, desde la portiella que se suele poner cuando se acava el término, asta lamparera, y según corta por el reguero de los bañales, hasta llegar al río del Nalón; y por el otro cabo, hasta llegar al canto de la atalaya y todo lo que está dentro de estos límites hasta puerto chico y cuerno de lamparera. Dijeron ser, todo este término, del dicho D. Diego de Miranda y de todo él se le paga la octava parte de las coxetas que da” (pág. 208)

“Mas declararon ser suya la cuarta parte de un término de heredad, que está de la portiella de espilongaacia el pueblo y hacia Santisteban, de ocho o nueve días de bueyes” (p. 208)

“Mas declararon, en la huerta de Carandón, tres días de bueyes, que es herencia de Pedro Álvarez, tiene la cuarta parte, que es, de abajo y de arriba, común y, de una torna, término de Santisteban, y, de la otra, término de Espilonga. Mas, en término de Reborio, un hero de tres días de bueyes, que es de herederos, en que tiene la cuarta parte, debajo es guarición, y, de arriba, carril de Espilonga” (p. 210).

Figura también dicho término en las Respuestas Generales del Catastro del Marqués de la Ensenada, concretamente en la 15ª respuesta donde se dice:

“Asimismo del centeno que se coge en el monte que se dice La Cebedal, y en la cuarta parte del que se dice de Espilonca


Otra mención histórica importante, concretamente de la Fuente de Espilonga, aparece en la Sentencia de 9 de febrero de 1669 de la Real Audiencia de la Chancillería de Valladolid. Dicha sentencia es a propósito de un pleito, del que diremos algo más próximamente, del concejo de Pravia con el Marqués de Valdecarzana sobre la propiedad de río Nalón y el derecho de pesca privativa en dicho río, concretamente “desde las Mestas de Narcea hasta la Fuente de Espilonga”.

 

 

Del inventario de bienes citado puede concluirse que Espilonga era por entonces un “término”, denominación de un territorio bastante amplio, pues se emplea igualmente para designar terrenos en El Espíritu Santo o en San Esteban, que parece estaba delimitado e incluso cerrado por una “portiella”, y que ocuparía el triángulo cuyos lados, serían, aproximadamente, la zona de La Atalaya –tal como aparece representada en el “Mapa de la Toponimia Menor de Muros de Nalón”-, el Cantábrico y río Nalón. El pago de tributos y la existencia de una portilla de cierre nos hace pensar en un posible acotamiento de toda esa zona. Tanto las fincas y montes citados como la fuente estarían ubicados dentro de ese amplio territorio.



Y ¿de dónde viene el nombre de Espilonga? García Arias (pág. 148) propone que pueda remontarse al étimo latino speluncam, “cueva”. Esta palabra latina tuvo un uso bastante extendido en el latín tardío, y posiblemente también en el medieval, como lo prueba el hecho de que se utilice 21 veces en la Biblia vulgata latina. La confirmación de esta propuesta etimológica vendría dada por la existencia de alguna cueva en el territorio antiguamente denominado Espilonga, aunque quizá no necesitaría ser una gran cueva, sino algún tipo de oquedad en una zona rocosa o un pequeño refugio donde guarecerse.

Juan José García González – Javier García Alonso

 

Bibliografía:

Coto y Jurisdicción de Muros, Respuestas Generales Marques de la Ensenada, PARES, 1752.

García Alonso, Javier, Mapa de la Toponimia Menor del concejo de Muros de Nalón, Muros de Nalón, 2022.

García Arias, Xosé Lluis, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, Editorial Prensa Asturiana, S. A., Oviedo, 2005.

González-Fierro, Félix, Muros de Nalón, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1953.

Pérez de Castro, José Luis, El coto y jurisdicción de Muros, según el catastro de Ensenada, Oviedo, Nº 96-97, 1979.

https://www.sedecatastro.gob.es                   


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