sábado, 24 de febrero de 2024

TOPÓNIMOS DE AQUÍ QUE VINIERON DE ALLÁ

Kublai Kan había advertido que las ciudades de Marco Polo se parecían, como si el paso de una a la otra no implicara un viaje sino un cambio de elementos. Ahora, de cada ciudad que Marco le describía, la mente del Gran Kan partía por cuenta propia, y desmontada la ciudad parte por parte, la reconstruía de otro modo, sustituyendo ingredientes, desplazándolos, invirtiéndolos.

Las ciudades invisibles, Italo Calvino. 


Diferentes motivos pueden provocar que el nombre de un lugar se repita a miles de kilómetros de distancia. Ejemplo de ello pudieran ser los tres lugares de Filipinas que los conquistadores españoles denominaron Asturias, en claro recuerdo de nuestra tierra. Por diferentes motivos nuestro concejo no es ajeno a esta repetición de nombres, pero en nuestro caso importando nombres del exterior para hacerlos nuestros con el paso de los años. Este es el caso de Andalucía, Venecia, Melilla, Castrillón, Copacabana o Chamberí, todos ellos en San Esteban y Muros. Tal y como veremos, quizás a nuestros antepasados les sucediese lo mismo que a Italo Calvino cuando reconocía trozos de una ciudad en otra.

Existe en San Esteban una zona a la que muchos, tirando de ironía, llaman Andalucía, situada entre el primer y segundo cargadero. Relacionan directamente dicho nombre con el calor que desprende la pared de piedra de más de seis metros de altura que a modo de muro de contención permitía llevar los vagones de carbón a los cargaderos. La orientación al Sur de dicha pared hace que en días de verano el sol caliente la piedra en exceso, creando un ambiente caluroso como el que se padece en Andalucía en el estío. 

Pero la sorna de algún vecino de San Esteban no se quedó en el Sur de la península, yéndose a Venecia para buscar, en los canales de la ciudad italiana, un símil evocador de la zona de las casas de La Barra, en clara alusión a las subidas y bajadas del nivel del mar. Una pena que no tengamos el Puente de Rialto para unir las dos orillas del Nalón.

En esas trasposiciones de lugares y nombres tiene una historia curiosa Melilla, la ciudad autónoma situada en el Norte de África, también con su reproducción en Muros, concretamente al lado del Campo del Palacio, donde estuvo la parada del ALSA durante muchos años. En rigor, Melilla sería la casa (hoy solar) que existía anexa al edificio de la antigua Ferretería ALPA, donde se ubica un centro de jardinería (El Parque) y de reparación de maquinaria (Daniel Pazos), haciendo esquina entre el Camín Real que conducía a Villar y la antigua Nacional 632. En ese lugar existieron diversos comercios a lo largo del siglo XX. Contaban en la época que uno de los descendientes de los fundadores del negocio, aproximadamente a comienzos del siglo XX, fue a hacer la mili a Melilla, y tan exótico debió de parecer este hecho a sus vecinos que empezaron a decir “el de Melilla” hasta que negocio, casa y lugar se quedaron con el nombre.

En el centro la casa de Melilla a mediados de los cincuenta, cuando aún estaban construyendo el edificio anexo, donde se encontraba la Ferretería ALPA.

El topónimo de Melilla debió ser muy relevante a mediados del siglo XX, puesto que las diversas familias propietarias del comercio fueron conocidas popularmente como “los de Melilla”. 


En los años ochenta pasados, los últimos comerciantes establecidos en aquella antigua casa, Ángel Campo y Juana María Mon, decidieron trasladar el negocio a un nuevo edificio que habían construido 200 metros más arriba, justo donde hoy se puede comprar comida para llevar (El Hórreo). Curiosamente, con la mudanza del negocio también se llevaron parte del topónimo, puesto que su propietario siempre fue conocido cariñosamente como Angelín de Melilla.

Si en vez de hablar de comunidades autónomas hablásemos de concejos, todos conocemos el municipio vecino de Castrillón, topónimo del que García Arias nos explica que “Castrillón es un derivado del lat. CASTRUM ‘lugar fortificado’ pero combinado con un diminutivo -iellu que, a su vez, recibe una incrementación aumentativa en -ón”. Existen en Asturias otros ejemplos de Castrillón (Boal, Laviana, Mieres) e incluso dentro de nuestro concejo también se denomina así a una zona en el curso bajo del Río Ricabo, cerca del Molín de Ruetas. En esa zona lindante con el concejo de Cudillero no se conoce a día de hoy la existencia de un lugar fortificado, más allá del cercano Castiellu de Aguilar. Quizás en el futuro pueda explicarse dicho topónimo relacionándolo con el concejo de Castrillón o como antropónimo.

De tierras muy lejanas, nada menos que desde el continente americano, llega también un topónimo a Villar para designar no solo a la Capilla de Nuestra Señora de Copacabana, sino también a la casa y entorno limítrofe. Y no lo hace, como suele pensarse, desde la famosísima playa de Río de Janeiro, sino desde el Santuario de Copacabana, a orillas del Lago Titicaca, en Bolivia, justo en la frontera con Perú. De allí lo trajo consigo en los primeros años del siglo XVIII el fundador de la capilla de Villar en recuerdo a la Virgen que allí se venera. 


Según Xulio Concepción el topónimo Copacabana remonta a un compuesto de origen indígena americano: Kupa, con el significado “azul”, aplicado luego al agua, a un lago, y Kawana, “observar, mirar desde lo alto”. El término Kupakawana sería algo así como “mirando el agua/el lago desde lo alto”. El mismo autor señala que los pobladores de las zonas andinas tenían una divinidad precolombina, la diosa Kupakawana de la fertilidad, un culto a la divinidad del agua. Dicho culto sería posteriormente cristianizado y el nombre amerindio adaptado a la grafía del español con la forma Copacabana, utilizada hoy en América y en Muros. En nuestro municipio ese nombre designa todavía hoy el café, de tan larga historia, situado en el nº 1 de la Plaza del Marqués de Muros, y designó también al Cine Copacabana, antiguo almacén que  Romualdo Tamargo reconvirtió en el cine de Muros, y cuya inauguración tuvo lugar en julio de 1955.

El último de los ejemplos será El Chamberí, nombre con el que ya se conocían los prados donde a finales de los años cincuenta se construyeron seis bloques de viviendas, a los que han venido sumándose nuevas construcciones en las últimas décadas. Las referencias históricas sobre dicho topónimo son escasas, no encontrándose en el “Apeo de la Villa de Muros y su jurisdicción” realizado en 1631, momento en el que dichos terrenos eran nombrados como Vegamollada/ Vegamojada, en clara alusión a la humedad de dicho terreno. Armando Grande nos proponía una teoría sobre el origen de El Chamberí en “La Ilustración Asturiana”, en contestación a una pregunta de Silvio González sobre el origen de dicho topónimo. Formulaba Armando la hipótesis de si el origen tendría que ver con el asentamiento de las tropas del comandante Ney en dichos prados cuando desde Oviedo volvía por la costa hacia Galicia, en clara alusión a la ciudad francesa de Chambéry. En algunos textos se indica que las tropas de Ney a su entrada en Asturias rondarían los 4.000 soldados, lo que nos haría pensar en la necesidad de una gran superficie para acampar. Creemos que lo que ha de darle mayor credibilidad a dicha propuesta sería que el recorrido por Asturias de las tropas de Ney durante mayo y junio de 1809 ha quedado plagado de diversos lugares denominados Chamberi. Así podemos mencionar en Salas una zona y colegio de nombre Chamberi o que cerca de Trevías, tal y como nos indicaba Armando, existe un pozo de pesca también conocido como Chamberí. Incluso en Tineo parece haber alguna referencia al mismo topónimo aún sin contrastar.


Javier García Alonso - Juan José García González

 

Bibliografía

Esta entrada no hubiera podido realizarse sin las conversaciones mantenidas con diversos vecinos del concejo, los cuales nos aportan información que no existe más que en su memoria.

Carantoña Álvarez, Francisco, La Guerra de la independencia en Asturias, Silverio Cañada Editor, Madrid, 1984.

Concepción, Xulio, en https://www.xuliocs.com/lenguaje-toponimico-etnolinguistico-terreno.php Consultado el día 22 de febrero de 2024.

García Arias, Xosé Lluis, Pueblos asturianos. El porqué de sus nombres, Alborá Llibros, Gijón, 2ª Ed., 2000.

Grande Roca, A., “Una teoría sobre el topónimo del barrio murense de “Chamberí”, La Ilustración Asturiana, segunda época, nº 10, pág. 7.



sábado, 10 de febrero de 2024

LAS FARMACIAS DE MUROS Y SAN ESTEBAN (II): 1927 - 2024

En la entrada de 13 de enero de 2024 de este blog, dedicada a la historia de las farmacias de Muros y San Esteban entre 1887 y 1927, contábamos que el Ayuntamiento, en septiembre de 1927, decidió cerrar la farmacia de Muros, cuyo titular había sido, hasta 1921, Francisco Martín Pino. Ese mismo año, desde el Gobierno Civil de Oviedo, se ordenaba al Subdelegado de Farmacia del distrito proceder a la clausura de una botica ilegalmente establecida en San Esteban que funcionaba como tal disimulada como una droguería.

Quedaba, pues, vacante la plaza de farmacéutico titular de Muros. El Ayuntamiento acordó anunciar a concurso la provisión de dicha plaza por medio del Boletín Oficial, concediendo treinta días para recibir en la Secretaría Municipal las solicitudes documentales de los concursantes y estableciendo las siguientes bases:

Primera: la plaza hasta fin de año estaría dotada con quinientas sesenta y cuatro pesetas por asignación para residencia y cuatrocientas setenta y nueve con sesenta también hasta finales de año para medicinas a enfermos de la Beneficencia; y desde primeros de enero de 1928 con mil quinientas pesetas por asignación de residencia y otras mil quinientas para las recetas suministradas a la Beneficencia.

Segunda: el titular tenía la obligación de residir en la villa de Muros; de facilitar medicamentos a las familias que se hallasen incluidas en la lista de la Beneficencia formada por el Ayuntamiento, a los detenidos en el Depósito Municipal y a los transeúntes pobres con arreglo a la tarifa expresada.

En sesión de la Corporación Municipal de 16 de diciembre de 1927 se dice que el anuncio de la plaza se publicó en el Boletín de 13 de octubre y que respondieron a la convocatoria diez solicitantes, si bien muchos de ellos con el expediente incompleto y sin justificar, algunos de ellos, que fueran licenciados en Farmacia. “Examinados con todo detenimiento los expedientes, méritos y servicios de los solicitantes, la Corporación, teniendo en cuenta las facultades que le concede el artículo 45 del Reglamento de 9 de julio de 1924 y demás disposiciones vigentes, por unanimidad acordó nombrar en propiedad farmacéutico titular de este Ayuntamiento al licenciado en Farmacia D. José Antonio Mérida Zamorano Núñez-Cepeda con las dotaciones y obligaciones que figuran en el anuncio presentado de dieciséis de septiembre anterior”.

Pocos meses más tarde, concretamente el 4 de mayo de 1928, el nuevo farmacéutico titular, natural de Quintanar de la Orden (Toledo), de 35 años de edad, licenciado en la Universidad de Santiago en 1914, solicita la apertura al público de su nueva oficina de farmacia instalada con arreglo a las disposiciones vigentes. La Comisión de inspección, compuesta por el Subdelegado de Farmacia, Manuel G. Miranda, por el médico municipal, Filiberto Díaz del Riego y con asistencia del Secretario del Ayuntamiento, Leandro Cabezas Arias, redactó el acta de la visita del nuevo local y dio su aprobación el 8 de mayo de 1928. En ella se dice “fue inspeccionado detenidamente el local donde se halla instalada la botica, sito en una planta baja en la Plaza del Marqués de Muros, compuesto de sala de despacho, rebotica y almacén”. El edificio donde se ubicaba dicha farmacia era el que se levantaba en el centro de La Plaza, donde estuvo el Casino, y famoso por haber sufrido un incendio el sábado 9 de marzo de 1963. La farmacia estaba situada en su esquina Oeste, donde tiempo después existió una barbería.



Durante los meses finales de 1927 y los primeros de 1928, mientras estuvo vacante la plaza de farmacéutico, ejerció como tal Tomás García Sampedro que, como es conocido, se había licenciado en Farmacia en Santiago en 1880. Lo sabemos gracias a la comunicación que nos ha hecho llegar su sobrino José Carlos Miranda, que recuerda haber oído en su casa en sus años de infancia y juventud que, en ese tiempo sin farmacéutico, “todo el pueblo miró a Sampedro y le insistieron para que desempolvase su título de licenciado en farmacia y se hiciese cargo de la situación. Por poco, o más bien nada, que le apeteciese el cargo, no pudo negarse. Le causó preocupaciones esa nueva responsabilidad no deseada, y se sintió aliviado cuando llegó Antonio Mérida Cepeda, y él, Sampedro, pudo dedicarse a lo suyo, la pintura.” Agradecemos mucho la aportación de este dato, que no hemos encontrado recogido en la documentación del Archivo Municipal.

En noviembre de 1930 el farmacéutico titular solicitó el traslado de la farmacia de La Plaza a San Esteban. La causa principal es “la proximidad de la farmacia de La Arena, que hace que casi la totalidad del vecindario de San Esteban se surta en ella, reduciendo de esta manera la mitad de la población del Municipio ya de suyo pequeña”. La Comisión municipal de Sanidad no apoyó la solicitud al entender que los habitantes de la Villa de Muros se verían perjudicados por este traslado.


Este asunto quedó sin resolver hasta que diez años más tarde, en agosto de 1940, se renueva la solicitud de traslado porque “la farmacia lleva una vida precaria por el reducidísimo número de habitantes que atiende”. La Comisión gestora municipal se opone de nuevo al traslado y propone al farmacéutico la instalación de un botiquín en San Esteban, con lo cual podría obtener la mejora económica que pretende. El asunto llega a la Audiencia Territorial de Oviedo que, con fecha 31 de mayo de 1941 declara “el derecho del recurrente al traslado de su oficina de farmacia establecida actualmente en Muros de Nalón a San Esteban, del mismo concejo”. El traslado debió de producirse enseguida, pues con fecha 31 de enero de 1942, Mérida Núñez-Cepeda, como Inspector Farmacéutico municipal, redacta una memoria de su actividad anual dirigida a la Comisión Gestora Municipal y la firma ya en San Esteban de Pravia.

Con el traslado de la farmacia a la Calle de Casto Plasencia nº 6 de San Esteban, comienza un periodo de varios años hasta que la villa de Muros recupere su farmacia.

Un primer intento de restablecer la botica en Muros se produjo por la iniciativa de María Soledad García Muñiz que, en 1979, solicitó ante el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias la concesión de una farmacia en la Plaza del Marqués de Muros y pidió el apoyo de la Corporación Municipal murense, que informó favorablemente, pero parece que el Colegio Oficial no debió de aprobar la iniciativa y esa farmacia no llegó a hacerse realidad.

Unos años más tarde, en 1985, Victoria Flores Pichardo realizó un nuevo intento de instalación de farmacia en Muros que, en un primer momento, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos le denegó. Recurrió esta denegación y unos años más tarde, en 1989, tras el fallo favorable del Tribunal Supremo para hacerlo, procedió a la apertura de una farmacia que se ubicaría en la planta baja, con acceso desde la Calea Arango, de la casa nº 12 de La Plaza donde vivió don Fernando, tantos años veterinario de Muros, y actual sede del Albergue de peregrinos “Camino de la Costa”, junto al edificio del Ayuntamiento. En noviembre de 1994 se trasladó la farmacia a su actual emplazamiento en el número 10 de la Plaza del Marqués de Muros. Inmediatamente después se produjo también el cambio de titularidad de dicha farmacia a favor de quien sigue siendo farmacéutico de Muros, Jesús Carlos Feliz Álvarez, licenciado en la Universidad de Santiago de Compostela.

La farmacia de San Esteban pasó a ser regentada, en los años 50 del pasado siglo XX, por el hijo del anterior titular, José Antonio Mérida Zamorano, que fue también algunos años alcalde del Ayuntamiento de Muros. Tras muchos años de regencia de la farmacia familiar, la titularidad de esta fue asumida, a finales de los años noventa pasados, por Marta Martínez Alfonso, oriunda de Cangas del Narcea, que, recién titulada, comenzó en ella su actividad laboral. Después de dos tercios de siglo en la calle de Casto Plasencia, en 2008 la farmacia cambió su ubicación a un edificio de nueva construcción en la calle Teresina nº 25. Desde 2018 su titular es Paula Fernández, licenciada en Santiago de Compostela.


Juan José García González – Javier García Alonso

 

Bibliografía

Fondos del Archivo Municipal del Ayuntamiento de Muros de Nalón.

Agradecemos muy cordialmente a Jesús Carlos Feliz, Paula Fernández y José Carlos Miranda las informaciones que nos han aportado.


EL JARDÍN Y LA CAPILLA DE SANTA EULALIA DE MÉRIDA

En la entrada anterior de nuestro blog (27 de abril de 2024) recorríamos en el tiempo el proceso que hizo del Campo del Palacio un espacio p...