El agua es un elemento imprescindible en el desarrollo de los seres vivos, por eso es absolutamente esperable que muchos nombres traten de identificar las corrientes de agua, las fuentes, etc. que proporcionaban el líquido elemento. Ríos, arroyos, regueros, fuentes, manantiales… reciben por ello un nombre propio.
Así, en esta revisión de nuestros hidrotopónimos, debemos comenzar por el río Nalón, el río grande de Asturias, porque forma parte de la cotidianeidad de muchos de nosotros con esa presencia majestuosa en su desembocadura, porque figura, desde 1916, en el nombre oficial de nuestro concejo, y porque nos sirve de límite territorial con el vecino municipio de Soto del Barco.
Las primeras menciones referidas posiblemente al río Nalón se remontan a la época de los antiguos geógrafos griegos, a Estrabón, que lo denomina Melsos, y a Ptolomeo, que lo llama Naelus. En documentos bastante posteriores, ya del reino asturiano, se le llama Nilo, -onis, con variantes como Nalo, -onis. El autor que con más detalle ha estudiado lo referente al nombre del Nalón, José Manuel González (1951), sospecha que nos encontramos ante un nombre de origen indoeuropeo, con una raíz *NER, *NAR con variantes *NEL, *NAL, que tendrían el significado de “agua” y que se encuentra en el comienzo de otros nombres de ríos asturianos como Nareo, Narcea, etc.
Del latín RIVUM “río” se originan las voces asturianas ríu y río (García Arias, p. 221), que designan corrientes de agua más importantes que otros nombres como regueru o riega. Se combina este término frecuentemente con otras palabras formando compuestos en los que el primer elemento puede ser ri-, re-, ro-, ru- y el segundo es, muchas veces, un adjetivo. De este tipo de formación tenemos el nombre del arroyo de Ricabo, el que marca los límites occidentales de nuestro municipio con el vecino Cudillero. Su nombre procedería de RIVUM CAVUM con el significado de “río profundo” o “río alejado”; en nuestro caso sería esta segunda acepción la más verosímil, pues aludiría a su situación de límite, de punto alejado de los lugares habitados del concejo.
Riomayor, el arroyo que sirve durante un breve trecho, en la falda del Monteagudo, como límite entre Muros de Nalón y Somao tiene su origen en la misma raíz anterior, acompañado de un término, mayor, que lo adjetiva. Según Requejo (p. 90) el empleo de este adjetivo comparativo de grande “parece que trata de establecer una comparación de superioridad con el Rimuelas o con otros arroyos de su entorno”. Igual formación, con la palabra río en posición inicial, acompañada de un adjetivo, la tenemos en Riofrío, una propiedad sita en el barrio de Villar (Fierro, p. 14).
Nos planteamos con ciertas dudas si este primer elemento ri- podría estar en el origen del topónimo El Rivón, zona situada entre El Parador y El Pontío, para cuyo segundo elemento podría plantearse quizá el adjetivo latino BONUS, -A, -UM, significando así “río bueno”.
El topónimo Los Dos Ríos surge para designar la zona situada al norte de El Couz, al lado de la carretera hacia la playa de Aguilar, donde confluyen las aguas de dos arroyos, el que baja desde La Cuyaratera y el que baja desde la zona del antiguo matadero.
Tres hidrotopónimos de nuestro concejo comparten una misma raíz sobre la que presentan diversas formaciones. Se trata de El Regueiru en Reborio y de El Reguerón y El Reguerín, ambos situados junto a la carretera de Muros a San Esteban. García Arias (p. 227) entiende que todos estos topónimos son formaciones derivadas de *riegu, *riega, a su vez procedentes de un posible participio fuerte del verbo latino RIGARE “regar”. Todos ellos harían referencia posiblemente al uso del agua para el riego en la agricultura, partiendo de canalizaciones bien naturales, bien artificiales, sobre todo en zonas más pendientes donde el agua de lluvia humedece menos los terrenos. El curioso observar cómo dos de estas corrientes de agua, El Reguerón y El Reguerín, situadas casi una al lado de la otra, se distinguen por medio de dos sufijos alusivos a su tamaño, aumentativo y diminutivo respectivamente.
Las aguas del Reguerón fueron utilizadas también para el establecimiento, un poco más arriba del lugar donde el arroyo se encuentra con la carretera, de un lavadero público, que todavía se conserva en buen estado gracias a las labores de rehabilitación realizadas por las Escuelas Taller y Casas de Oficios de la Mancomunidad de las Cinco Villas en marzo de 2013, según reza en la placa adherida a una de las columnas de ladrillo del lavadero. En el vecino Somao pueden encontrarse hasta seis topónimos con este mismo origen etimológico (Requejo, p. 88).
El latín AQUAM “agua” deja en asturiano agua, que puede significar tanto “agua” y “lluvia”, como “corriente, río” (García Arias, p. 216-217). En nuestro topónimo Aguadul a ese étimo inicial se añadiría –dul, procedente seguramente del adjetivo latino DULCEM “dulce”. En el vecino concejo de Cudillero se documenta un topónimo con idéntica formación, Aguaduz. Aguadul designa hoy en día a una peña que se encuentra frente a la playa de Los Chalanos, adonde vierte sus aguas un pequeño reguero que se seca prácticamente en verano, pero que quizá contribuyó a poner nombre a la peña, al encontrarse enfrente.
Del latín FONTEM “fuente”, que el asturiano centro-occidental mantiene en la expresión fonte y que en algunas zonas centro-orientales diptonga en fuente, derivaría Fompeslada, nombre de una fuente también conocida como “El Cañu”, en El Couz, en el que el segundo elemento del compuesto podría ser una variante de pesllada, “cerrada”. Aunque hay en Asturias muchos topónimos con una formación similar, como Foncalada (Oviedo), “fuente en un hondo” o Fombona (Candamo) “fuente buena”, no encontramos nuestro topónimo recogido en ningún otro concejo asturiano.
El mismo étimo, esta vez bajo la forma asturiana en diminutivo, está presente en la denominación de varias fuentes, por un lado, Fuentinas en las inmediaciones del Espíritu Santo y por otro, Fuentina en La Pumariega y San Esteban.
De un adjetivo latino FONTANUS, -A, -UM “relativo a las fuentes” derivaría el sustantivo fontana, sinónimo de fuente hoy ya en desuso y de esta, con un diminutivo, el topónimo La Fontanina, en Reborio, con unas increíbles vistas sobre San Esteban y la desembocadura del Nalón.
Si los hidrotopónimos listados hasta ahora tenían una explicación relativamente clara, pues parten de raíces que significan “río”, “reguero”, “fuente” o “agua”, los que dejamos para el final no presentan una relación demasiado visible con el agua. Se plantea que la palabra asturiana barro remonta a un antiguo término de origen céltico referido también al agua. Si así fuera, serían también hidrotopónimos tanto Las Barreras en El Escorial como Las Barrosas en las proximidades de La Casilla. Ya hablamos en una entrada anterior de Las Barreras como lugar de extracción del barro para la fabricación de tejas y otros productos cerámicos; Las Barrosas, por su parte, aludiría a tierras abundantes en barro. Ambos son topónimos bastante extendidos por la geografía asturiana.
Juan José García González – Javier García Alonso
Bibliografía:
García Alonso, Javier, Mapa de la Toponimia Menor del concejo de Muros de Nalón, Muros de Nalón, 2022
García Arias, Xosé Luis, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, Editorial Prensa Asturiana, S. A., Oviedo, 2005
González, José Manuel, “Nombres del río Nalón”, Archivum, 1, 1951, 45-61
González-Fierro, Félix, Muros de Nalón, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1953
Requejo Sánchez, Carmen - Álvarez García, Cándido, Somao. Los nombres de nuestro pueblo, Parroquial Rural de Somao, Llanera, 2019











