A la par que se construía la línea de
ferrocarril entre las cuencas mineras y San Esteban, la Sociedad General de Ferrocarriles
Vasco Asturiana empezaba a diseñar la forma más sencilla de transbordar el
carbón desde los vagones de tren a las bodegas de los barcos.
En una época en la que no existían empresas auxiliares ni logísticas y en la que el Estado no tenía la infraestructura necesaria para desarrollar el puerto de San Esteban, “el Vasco” tuvo que asumir que era algo más que una empresa de ferrocarril para poder realizar el resto de tareas. Tan solo debemos pensar que durante las primeras décadas del siglo XX la empresa se encargó de hacer en San Esteban múltiples cometidos impropios de una empresa ferroviaria: embarcar el carbón en los buques, dragar del puerto y bocana, etc.
La solución técnica propuesta para el
transbordo de carbón fue la construcción de “muelles embarcaderos”, tal y como
se denominaban en aquel momento, y que hoy todos conocemos en San Esteban como
“cargaderos”. Son estructuras que, aprovechando las diferencias de nivel,
avanzan sobre el agua para dejar caer el carbón por gravedad a los barcos.
En los proyectos de construcción de los cargaderos se limitaba el avance de éstos dentro de la ría entre unos 25 ó 30 metros, para así no interrumpir el tráfico marítimo. La otra variable física de los cargaderos era su altura, teniendo en cuenta el tamaño de los barcos a los que iban a transbordar la mercancía. La altura libre en la máxima pleamar rondaba los 8 metros, para lo cual fue necesario crear una rampa ferroviaria para que los vagones salvaran esta altura en los 600 metros que separan la estación de tren de los cargaderos.
El Ministerio concedió en 1902
autorización para las obras de construcción de dos muelles embarcaderos
conforme al proyecto del ingeniero Valentín Gorbeña, a escasos metros del lugar
llamado El Rabeón. El Diccionariu de la Llingua Asturiana nos indica que
un rabión es un “Sitiu [d’un ríu onde hai una corriente fuerte,
onde cuerre l’agua mui rápido]”, lo cual ejemplificaría perfectamente este
lugar de San Esteban, al tratarse de una punta donde se aprecia el movimiento
de la corriente.
Pese a que la zona de los cargaderos
sufrió una gran transformación con la construcción del puerto, gracias a las
cartas y planos de la ría trazados antes de 1900 sabemos que ambas construcciones
se edificaron en lugares en punta o cabo, aprovechando la topografía del
terreno. Así pues, el cargadero nº 1 se construyó en la Punta del Pozaco (nº 31
de la imagen anterior), también llamada en otros planos Punta de la Cantera,
mientras que el cargadero nº 2 se edificó en la citada Punta del Rabión (nº 32
del plano). Sin embargo, dichos topónimos quedaron eclipsados a lo largo del
siglo XX por la Punta del Carbayo (nº 33 del plano).
“El Vasco” no fue la primera empresa
en solicitar la concesión de un muelle embarcadero, puesto que en 1901 la
Sociedad Hullera Española ya había solicitado la concesión para cargar los
minerales que extraía en el valle del Aller. En 1905, la misma empresa solicita
una nueva autorización para la construcción de un “embarcadero con espigones
salientes”, pero tampoco éste llegó a ejecutarse, puesto que en 1908 vuelve a
presentar un nuevo proyecto, así como solicitud de prórroga para la ejecución
de las obras autorizadas en 1905.
Se otorgó al Vasco autorización para
la construcción y aprovechamiento de los cargaderos mediante concesión
administrativa, fijando un plazo de ejecución de tan solo 1 año, si bien dicho
periodo tuvo que ser prorrogado. No está clara la fecha de entrada en
funcionamiento de los cargaderos nº 1 y 2.En lo que parece no haber dudas es
que no fueron construidos a la par, si tenemos en cuenta las diferencias
constructivas entre ambos, tanto en los sillares de las pilas, estructura de
los pórticos o caseta superior de madera.
En 1919 se concedió autorización a la
Vasco Asturiana para la construcción de otro cargadero, situado en la trasera
del edificio de la comisaría. Aún hoy puede apreciarse el estribo de arranque
del cargadero entre el albergue Carving y el Náutico San Esteban. Debido a la
anchura del muelle en ese lugar, el cargadero avanzaba hacia el muelle sobre
tres pórticos que se apoyaban a su vez en tres pilas. Las mejoras de las
técnicas constructivas permitieron que las pilas intermedias del cargadero nº 3
pudieran construirse más estrechas y esbeltas que en los nº 1 y 2.
Los tres cargaderos tenían un
mecanismo que permitía verter el carbón desde el vagón, así como una estructura
metálica que, a modo de embudo, lo encauzaba 4 ó 5 metros a las bodegas del barco.
Dicha estructura metálica era retráctil, de tal forma que cuando no se
utilizaba se recogía para evitar molestias durante el atraque de los buques.
Los restos de los tres cargaderos fueron recogidos en el Inventario de Patrimonio Histórico Industrial de Asturias (IPHI) realizado en los años ochenta del siglo pasado, y están protegidos desde 2010 por el Catálogo Urbanístico de Muros de Nalón debido a sus características particulares.
La singularidad de estos cargaderos
dentro de los puertos del Norte de España es otro ejemplo del extraordinario
valor patrimonial con que cuenta San Esteban. Con esta entrada queremos aportar
nuestro granito de arena para que se continúe reconociendo la excepcionalidad
del puerto de San Esteban en el panorama patrimonial nacional.
Javier García Alonso - Juan José García González
Bibliografía:
DALLA: Diccionariu de la
LlinguaAsturiana (https://www.diccionariu.alladixital.org)
Ejemplares de la Gazeta de Madrid: 28/07/1902,
30/03/1905, 09/10/1908, 02/04/1919.
Quirós Linares, Francisco, El Puerto de San Esteban de Pravia,
Departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo – Instituto J. S. Elcano
(CSIC), Oviedo, 1975.































