sábado, 27 de mayo de 2023

LA XUNCAL/ XUNQUERA

La Xunquera o Junquera es una zona de marisma regada por agua salobre, situada entre el Río Nalón, la antigua Carretera Nacional 632 y la traza del ferrocarril del Vasco. El topónimo deriva del latín IUNCUM “junco” y designa un lugar abundantemente poblado de juncos.

En documentación histórica del siglo XIX esta zona es denominada también “Las Barquerías”, debido a la existencia de éstas en su ribera. Sin embargo, para los vecinos del concejo que habitualmente recogían el xunco, su denominación era “La Xuncal”, otra forma asturiana de llamar al sitio poblado de juncos, aunque con un sufijo diferente. Los topónimos “La Junquera” y “La Juncal”, con género femenino, son, pues, castellanizaciones de las palabras asturianas, pues el Diccionario de la RAE reconoce solo como topónimo “Juncal”, pero con género masculino, definiendo “junquera” como sinónimo de “junco, planta juncácea”.


En el pasado fue el mayor de los comunales que tuvo el concejo, ocupando una superficie a día de hoy de 30 hectáreas, lo que representa el 4 % del territorio del concejo. Antes de los rellenos realizados a finales del siglo XIX en la zona de la Junta de Obras del Puerto y sus aledaños, los juncos llegaban hasta San Esteban, tal y como se aprecia en la siguiente imagen extraída del plano realizado por Josef Muller en 1797, en el que se emplea el término “Juncal”.

En el Catastro del Marqués de la Ensenada se describía como “tierra inculta, porque el mar cotidianamente la cubre con su flujo y reflujo”. Pese a que en dichos terrenos no se podía cultivar, sí se realizaban tareas de extracción del xunco, para ser aprovechado principalmente con fines ganaderos. Este uso continuado por los vecinos de forma colectiva propició su declaración en el siglo XIX como terrenos comunales de los vecinos desde tiempo inmemorial, siendo inscritos en el Registro de la Propiedad a nombre del Ayuntamiento. A mediados del siglo XX mutó su naturaleza jurídica cuando el Ministerio de Gobernación autorizó al Ayuntamiento de Muros de Nalón a “desproveer del carácter de comunales y considerar como de propios”, es decir, pasó de ser un bien de Dominio Público con aprovechamiento por el común de los vecinos a ser un bien patrimonial del Ayuntamiento de Muros de Nalón. De esa época es este cuadro al óleo del pintor local Sotero, que enmarca La Xunquera y el poderoso Nalón desde la zona alta de San Esteban.


En cuanto al aprovechamiento del xunco, existen citas antiguas que indican su empleo en la fabricación de cuerdas, si bien es cierto que su uso principal era como mullido. En Asturias las camas para el ganado solían realizarse con “yestro” obtenido al rozar las hierbas que crecían entre los árboles de los montes. Nuestros antepasados supieron ver el potencial de La Xuncal, pudiendo aprovechar en sus cuadras el gran volumen vegetal de xunco. En el archivo del Ayuntamiento de Muros están seriadas las sucesivas enajenaciones desde 1.891 hasta los años ochenta del siglo XX, momento en el que decaen las ganaderías en nuestro concejo, y las que quedan modernizan sus instalaciones recogiendo los purines, lo que hace innecesario el “xunco” para las camas del ganado.

La época del año en que se realizaba la recolección era el verano, tan pronto se había acabado la recogida de la hierba seca, puesto que lo primero era garantizar la buena curación de la comida del ganado. En cualquier caso, el xunco debía estar segado y recogido antes del 30 de septiembre según indican los pliegos de condiciones redactados en la época, y para ello resultaba de interés consultar el libro de mareas, puesto que a mareas “grandes” se corría el riesgo de perder el xunco segado.

La siega era, lógicamente, el primer paso e implicaba una dura labor física, que tenía lugar desde primera hora de la mañana hasta el mediodía. Era habitual realizarla en pequeños grupos, utilizando un rozón (gadaña fuerte) como los que aparecen en la siguiente fotografía, tomada a la vuelta de La Xuncal, cerca del cruce de La Casilla. 

Fotografía cedida por José Barredo. Está tomada en La Casilla a la vuelta de La Xuncal. Aparecen de izquierda a derecha Pepin Barredo y los hermanos José y Braulio Alonso.

Al cabo de unos días se recogía en un carro; era ésta la tarea más dificultosa y arriesgada, puesto que la discontinuidad del terreno, los abundantes pozos y la humedad hacían que sacar el carro de La Xuncal se convirtiera en una aventura, pues era muy habitual tener que remolcarse unos a otros para poder sacarlo, y en algunas ocasiones era necesario descargar parte de la mercancía. La aparición de maquinaria para la siega y de tractores para la recogida facilitó mucho el trabajo.

A la vuelta a casa con el xunco, este se depositaba en montones cerca de la cuadra, lo que creaba un paisaje típicamente rural junto con las varas de hierba.

La forma en la que eran enajenados los xuncos por el Ayuntamiento fue variando a lo largo del siglo XX. La más antigua de todas era una subasta del aprovechamiento de toda la finca, la cual se realizaba por el sistema de “pujas a la llana”, que consistía en una subasta realizada en vivo y con cantidades al alza. Ante la ingente cantidad de xunco, hemos de suponer que el adjudicatario vendía o repartía la finca en trozos.

En otras épocas la enajenación se realizaba por “suertes” donde todos los vecinos empadronados en el concejo tenían derecho al aprovechamiento de un trozo de terreno.  Teniendo en cuenta que, por ejemplo, en 1947 existían entre Muros y San Esteban unas 828 suertes, el terreno aproximado de cada suerte no sobrepasaría los 300 metros cuadrados, lo que traducido en cantidad sería aproximadamente un “burradín” de xunco.  En aquel entonces se valoraba cada suerte en 2 pesetas, por lo que el Ayuntamiento ingresaba 1.656 pesetas de la época. También tenemos constancia de la reventa de estos derechos a terceros, reflejo de una primera especialización donde muchos vecinos no tenían animales.

Finalmente, la enajenación se volvió a realizar mediante subasta, pero no de la finca completa, sino fraccionándola en zonas o lotes, cuyos nombres eran: Las Pontes, Las Forcadas, Las Grullas, El Dosal, Las Barquerías, El Pasaje, Las Escobas y El Río. En la práctica los vecinos solían organizarse por amistad o afinidad para realizar los trabajos conjuntamente, ayudándose unos a otros bajo el prisma de la “reciprocidad equilibrada” tan presente en el medio rural asturiano. Uno de ellos era el encargado de asistir a la subasta (previamente publicada en el Boletín Oficial de la Provincia) y hacerse con el lote deseado. Posteriormente era repartido con el resto de sus convecinos.

En su libro Elogio de la sombra dice Borges: “Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de formas inconstantes, ese montón de espejos rotos”. Con esta entrada de nuestro blog hemos intentado guardar en la memoria lo mucho, aunque ya casi del todo olvidado, que La Xuncal aportó a nuestro concejo, por si en el futuro alguien se anima a recomponer el espejo.


 Javier García Alonso - Juan José García González



Queremos agradecer el acceso brindado a los expedientes administrativos de enajenación, obrantes en el Archivo del Ayuntamiento de Muros de Nalón.


Bibliografía


Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua

Diccionariu de la llingua asturiana

García Arias, Xosé Lluis, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos, Editorial Prensa Asturiana, S. A., Oviedo, 2005.

Expedientes de enajenación de mullidos, Ayuntamiento de Muros de Nalón, 1891-1980.




4 comentarios:

  1. Que interesante! Entiendo entonces que ahora es titularidad municipal.Mirad lo que se ha hecho en el Bidasoa

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    1. En un principio fue terreno comunal de los vecinos del concejo. A mediados del siglo XX pasó a ser un bien perteneciente al Patrimonio del Ayuntamiento de Muros de Nalón. Habría que hacer una análisis jurídico más a fondo para ver como afectó la modificación de la Ley de Costas a ese bien patrimonial del Ayuntamiento. Gracias por tu comentario.

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  2. Están muy bien todas estas explicaciones que dáis, sobre todo de lo que se ayudaban todos los ganaderos y compartían. Yo me cuerdo de los juncos que se hacían como cuerdas, era muy niña, pero yo también intentaba hacer algo con ellos y la mayoría de las veces me pinchaba con ellos. Muchas gracias.

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    1. Gracias a ti por seguirnos y comentar. Antes las relaciones de vecindad eran diferentes, siendo fundamental el "Hoy por ti, mañana por mi". Desde aquí no podemos cambiar el mundo, pero si queremos dejar reflejado como se relacionaba nuestro pueblo no hace muchos años.

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