sábado, 27 de abril de 2024

EL CAMPO DEL PALACIO. PLEITO Y EXPROPIACIÓN

Durante siglos la Casa de Valdecarzana fue dueña y señora del Coto de Muros, claro antecedente histórico de nuestro concejo. De entre los cientos de propiedades que tenían en nuestro municipio, destaca una finca que todos nosotros disfrutamos a día de hoy como parque y lugar de esparcimiento: El Campo del Palacio”, o “Campo de Miranda”, tal y como se denominaba en documentación histórica por pertenecer a la Casa de Miranda-Valdecarzana.


Fotografía de F. Martín publicada en el número 211 de la revista La Esfera en 1918.

Originalmente el campo estaba atravesado por el camín real que por Villar iba a Cudillero. Sin embargo, la construcción de la carretera de Belmonte a San Esteban y, posteriormente, la que baja a Aguilar, generaron un gran nudo de asfalto que hizo disminuir la superficie de la finca. En 1867 se describía la finca así:

 “Campo llamado de Miranda, sito en términos del mismo nombre de la parroquia y concejo de Muros. Linda con paredes de cal y canto que los separan de prados de la casa de Valdecarzana. Está atravesado por caminos públicos que saliendo de Muros van para Cudillero, Somado y términos de Arroñadas. Tiene de extensión cuarenta y dos áreas cincuenta y seis centiáreas aproximadamente, conteniendo veintitrés robles mayores y tres álamos”.

Resulta curioso que dicho terreno, pese a tener hierba, no tuviera un uso agrícola y, pese a contar en su interior con un gran número de árboles (robles, abedules, álamos, acacias, etc.), tampoco se valorase su interés forestal. Por tanto, venía a ser un abertal que servía de antesala al palacio, a la vez que tenía una finalidad de servicio y disfrute bajo el dominio de los dueños del palacio. En el declive de los señoríos feudales, y debido principalmente a su cercanía al centro del pueblo, el Campo del Palacio comenzó a ser disfrutado por los ciudadanos. Tanto es así, que sabemos por documentación histórica que hasta abril de 1878 existía la costumbre de jugar a los bolos en dicho lugar, en lo que pudiera ser una precaria bolera.

Ese uso de esparcimiento se fue perpetuando hasta hoy en día en que existe un agradable paseo, instalaciones para que nuestras asociaciones organicen sus eventos o un parque infantil en la zona de la capillina. Sin embargo, esa transición hacia lo público no fue pacífica puesto que los propietarios del palacio defendieron los intereses sobre dicho terreno, forzando al Ayuntamiento a expropiarlo para conseguir el uso público de los murenses.


La disputa respecto a la propiedad del Campo del Palacio comenzó en el año 1878, aparentemente por estar extrayendo piedra bajo las órdenes del entonces Administrador del palacio. Sin embargo, de la lectura de los expedientes municipales, creemos que el verdadero desencuentro vendría realmente por la venta de tres solares que estaban siendo objeto de segregación de la finca original. Esos solares estarían situados en el entorno del Alpa, en la nueva esquina que se estaba consolidando por la recién construida carretera Nacional y el antiguo Camín Real a Cudillero.

El Ayuntamiento de Muros de Nalón actuó manifestando la condición de terreno público de todo el Campo del Palacio por posesión inmemorial, llegando a declararlo comunal el 13 de octubre de 1878, prohibiendo “desde ahora la explotación en dicho campo de piedra, barro u otro material como igualmente ninguna otra clase de plantío de árboles”. Sin embargo, esta declaración no sirvió de mucho puesto que los propietarios del palacio acudieron al Juzgado. En un primer momento al Ayuntamiento de Muros le dio la razón la Sala de lo Civil de la Audiencia de Oviedo en su sentencia de marzo de 1880. Sin embargo, en el recurso el Tribunal Supremo dictó sentencia en contra de los intereses municipales, asignando la propiedad a los marqueses.

En vista de que los tribunales consideraron que el Campo del Palacio era una finca privada, a la Corporación no le quedó otro remedio que buscar su expropiación, pero ¿cuál era la utilidad pública que justificaba la expropiación?

Todos nos acordamos de las grandes ferias de ganado que hasta hace bien pocos años se celebraban en el Campo del Palacio por San Antonio. Sin embargo, en el Muros de finales del siglo XIX aún no estaban de moda los concursos/exposiciones de ganado, teniendo los mercados de ganado frecuencia semanal y celebrándose desde tiempo inmemorial también en el Campo del Palacio. En torno a 1890 y sin motivo aparente el mercado de ganados había pasado a celebrarse en La Plaza, junto con el resto de productos de venta, lo cual comenzó a producir desavenencias y problemas entre los vendedores. Además, las normas sanitarias desaconsejaban continuar realizando allí el mercado de ganados puesto que “tiendas, frutas, granos y legumbres se hallan aglomerados con los ganados vacuno, caballar, cabrío y de cerda”, por lo que estaba más que justificada la expropiación del Campo del Palacio para que volviera a albergar los mercados de ganados.

Así pues, en el año 1893 (quince años después del primer choque con el marqués) inició el procedimiento de expropiación forzosa tanto del trozo lindante con la muralla como de la porción del otro lado de la carretera. Junto con el terreno también se expropiaron cuarenta y tres árboles (robles, álamos), ascendiendo la valoración de todo ello a 2.741 pesetas de la época.


Plano del agrimensor y perito D. Ramón Martínez de 1883.

El expediente de expropiación del Campo del Palacio también tuvo una fuerte oposición por parte de los propietarios, quienes consideraban suficiente con que les desposeyeran del terreno anexo a la capillina. No obstante, el Ayuntamiento supo justificar correctamente la expropiación de ambos trozos al necesitarse ese espacio para la colocación de 800 o 900 cabezas de ganado puesto que el Ayuntamiento piensa anunciar grandes exposiciones de ganado y ferias anuales en cuyo caso se necesita todo el terreno que nos ocupa

A lo largo del siglo XX las diferentes urbanizaciones y obras en el Campo del Palacio mejoraron y embellecieron uno de los lugares más emblemáticos de nuestro concejo, y que hoy podemos disfrutar todos libremente.

  

Javier García Alonso - Juan José García González

 

Bibliografía

 

Fondos del Archivo Municipal del Ayuntamiento de Muros de Nalón.

González Blanco, Andrés, “Un palacio clásico”, La Esfera, n.º 211, Madrid, 1914.

 

2 comentarios:

  1. Muy interesante todo lo que se narra. Nos descubre un largo pleito que quizás nunca nos hubiésemos imaginado. Al pasear por ahí ahora veremos de otro modo ese terreno y esas paredes que limitan la zona del palacio. Los aportes gráficos antiguos son estupendos.

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