La piedra es un material que
por su abundancia, dureza y resistencia ha acompañado al ser humano desde los
tiempos más remotos. De piedra eran algunos utensilios domésticos primitivos,
de piedra las cuevas donde se resguardaban… A lo largo de las épocas ya
históricas, labrada o en su estado natural, la piedra ha servido para construir
edificios con los más diversos usos: viviendas, templos, espacios culturales y
de diversión, enterramientos; ha constituido el firme de muchas vías de
comunicación y ha servido para levantar murallas defensivas y límites de
propiedad. Por todo ello, este material está presente en la toponimia de muchos
lugares, como podemos comprobar también en nuestro concejo.
Así, en El Escorial hay un
tramo de camino conocido como Los
Paredones por discurrir entre altos muros de piedra que, a modo de grandes
paredes, delimitan dos fincas, unos muros que constituyen una de las señas de
identidad de nuestro municipio y que tanto llaman la atención de los foráneos.
Los de mayor altura se remontan al siglo XIX y a los primeros años del siglo
XX, pero hay también una gran cantidad de muros de mampostería de menor altura,
para cerrar fincas, que tienen, en muchos casos, una mayor antigüedad,
contemporáneos de las viviendas, también de piedra, más antiguas conservadas.
Alusión directa a la piedra,
del latín PETRAM, la encontramos en la finca de La Quintanina conocida como Piedra Blanca. De PETRAM derivan Pedrouzo, en Muros, y El Pedreo, situado junto al Nalón, muy
cerca del Puente de Soto. Este segundo nombre, de carácter colectivo, con
frecuencia designa peñascales o roquedos costeros, como seguramente aquí,
aunque en este caso no de la costa marina sino fluvial.
Con el término peña pueden designarse las elevaciones
rocosas. Para esta palabra se han propuesto las más variadas explicaciones
etimológicas: precéltica, preibérica, ítalo-celta, ibérica, y también latina,
PINNAM, con el significado de “pluma, ala”, entendida entonces una peña, metafóricamente, como un objeto
con esa forma de pluma o de ala (García Arias, pág. 74). Abundan en nuestro
municipio los topónimos con esa denominación: Las Peñas en la zona de El Palomar; La Peña, junto al río Nalón; La
Peñuca, en la parte alta de San Esteban, con un sufijo diminutivo; Peñedo, junto a La Cerca, como lugar
abundante en peñas; y el Camino de la
Peñona.
Desde
La Peñuca pueden disfrutarse algunas de las más espléndidas panorámicas de la
dársena del Puerto de San Esteban y de la desembocadura del Nalón.
La piedra empleada en la construcción de edificios y muros se extraía de canteras que, como nos demuestra la toponimia local, estaban repartidas por toda la geografía municipal. Así, La Cantera es un conjunto de fincas cerca de El Taraceu; Canterina se encuentra cerca de La Fuente de Dios; La Canterona está en San Esteban, cerca de El Reguerón; el Camino de las Canteras en La Pumariega que debe su nombre a la arcilla pura que aparece en su trazado; y a buen seguro podría mencionarse la existencia de varias otras canteras, aunque no hayan dejado huella en la toponimia, como la que se encontraba junto al Camín Real en la parte baja del lugar de Villar conocido como La Viña.
Localización de todos los topónimos del concejo relacionados con cantera.
Ya hemos comentado cómo con las piedras se levantan muros, del latín MURUM, “muro, paredón”, y decíamos también cuan abundantes y característicos son los muros en nuestro municipio, en el que existe un lugar, vecino a la carretera que atraviesa Villar en dirección al mar, denominado Los Muros. Y, por supuesto, este es el mismo origen del topónimo que da nombre a nuestro municipio, quizá porque su capital se levanta en un lugar donde había muros que pudieran ser restos de antiguas construcciones. Pero a los topónimos Muros y Muros de Nalón dedicaremos más tiempo y espacio en una entrada futura de nuestro blog.
Juan José García
González – Javier García Alonso
BIBLIOGRAFÍA:
García Alonso, Javier, Mapa de la Toponimia Menor del concejo de Muros de Nalón, Muros de
Nalón, 2022
García Arias, Xosé Luis, Toponimia asturiana. El porqué de los nombres de nuestros pueblos,
Editorial Prensa Asturiana, S. A., Oviedo, 2005



Muy interesante y documentado todo el artículo. Algo tan simple como son las piedras y se convierten en algo fundamental en nuestra existencia.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Agustín
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