En varias entradas anteriores de nuestro blog repasábamos la
toponimia de nuestro concejo relacionada con las plantas y los árboles; en esta
y otra que seguirá más adelante, nos proponemos hacer lo mismo con la toponimia
que tiene su origen en el nombre de los animales. Es muy lógico pensar que la
convivencia con los animales, tanto domésticos, como no domésticos, sobre todo
en una sociedad agrícola y ganadera, como ha sido la asturiana a lo largo de
los siglos, haya influido a la hora de denominar determinados parajes
vinculados con ellos de alguna manera, bien porque abundaban en la zona, por su
uso en la realización de tareas, porque la forma del lugar evocaba una
semejanza con la de un animal, etc. Dedicaremos esta primera entrada a los
topónimos relacionados con los animales domésticos y los no domésticos, pero
dejando de estos últimos a los peces y a las aves para una entrada posterior.
Uno de los monumentos naturales más identificadores de
nuestro municipio es El Caballar, la
peña con esa presencia imponente en medio de la playa de Aguilar, que atrae la
mirada en cuanto te acercas a esta. La palabra caballar, relacionada con el latín CABALLUM “caballo”, podría
referirse a un lugar frecuentado por caballos o, en general, a lo que está
relacionado con los caballos. Cuestión más difícil es entrever por qué se le
dio tal nombre a la peña, y aquí entraríamos ya en el terreno de la suposición:
porque la zona de tierra cercana a ese lugar de la playa era lugar de pasto de
caballos, porque su forma recuerde a la cabeza de un caballo… Hay incluso quien
ha sugerido que su nombre haga referencia al caballero –originalmente se
denominaba así al caballerizo, al encargado de los caballos- que aparece en la
leyenda de la xana de El Castiellu y que pudiera haberse petrificado en ella
tras abandonarla; entraríamos aquí en territorio mítico. Cuenta A. Grande (LIA 1, pág. 2) que esta peña
“antiguamente, delimitaba el placer del baño por sexos: al este de ella, los
hombres, y al oeste, las mujeres”.
“Peña Caballar”, óleo de Tomás García
Sampedro
Topónimo curioso es Mexalayegua,
que alude en asturiano a la acción de orinar de la hembra del caballo, y que se
otorga a una playa o pedrero que estaría entre las playas de Las Llanas y
Cazonera. Fierro, en su mapa (entre las páginas 14 y 15), la sitúa al oeste de
La Riverina. No hemos localizado documentación antigua de este topónimo alusivo
a una playa, pero sí a una finca muy pequeña, perteneciente a la familia
Barredo y ubicada en el alto. Quizá por el nombre de esa finca se aludió a un
pedrero situado a sus pies. Puede verse todo ello en el “Mapa de la Toponimia
Menor del Concejo de Muros de Nalón”.
En
primer término, Llombo`l Burro, situado en la playa de Los Chalanos; al fondo
la capilla del Espíritu Santo
Justo por esa misma zona, entre la playa de Los Chalanos y
de La Furada, se encuentra un promontorio, desde el que es habitual pescar con
caña a pleamar, denominado Llombo´lBurro por
su parecido al lomo de este animal cuyo nombre puede denominar, en asturiano,
tanto al equus asinus, el burro
propiamente dicho, como también, con mucha frecuencia, al equus caballus, el caballo.
Unas peñas que se sitúan en el mar, frente a lo que sería el
límite entre las playas de Llargateiros y Las Llanas, reciben el nombre de Güei d’enmedio. El topónimo podría
aludir a la designación en asturiano del “buey”, animal tan importante para el
trabajo de la tierra. Quizá alguien apreció una semejanza entre la forma de las
rocas y el animal, y con la determinación “de en medio” aludió a su ubicación
entre las dos playas que mencionábamos. No querríamos dejar de mencionar que alguna
vez hemos oído designar ese lugar como “Agua de en medio”; pensamos que se
trata de una reinterpretación de un topónimo que ya no es comprendido: en
nuestro entorno cultural actual no es frecuente hablar de güeis y la palabra es
sustituida por otra fonéticamente cercana, aunque sin reparar en que no parece
muy adecuado denominar una roca, situada en medio de las aguas del mar, con el
término “agua”.
Vista
de las peñas descubiertas de Güei d’en medio, que separan las playas de Las
Llanas y Llargateiros.
Encontramos en Muros tres topónimos con lo que, en
principio, podría ser una referencia al “toro”: El Toral en Villar y otro El Toral,
junto con Pico del Toral, en Reborio.
Efectivamente, y por eso los mencionamos aquí, los tres podrían remontarse al TAURUM
“toro” latino, y ser así zootopónimos; pero también podría proponerse para ellos
un origen más remoto, la raíz prerromana *twr, *taur, con el significado de
“montículo, cima de montaña”, y que se ve en la voz medieval española toro con el significado de “colina” (X.
Concepción pág. 149). En el caso de los topónimos murenses, esta idea de “zona
elevada”, en el sentido de que son lugares a los que se accede tras una subida,
podría convenir bien a su explicación.
Revisados los topónimos relacionados con animales
domésticos, pasamos a enumerar los que aluden a otros animales no domésticos,
aunque, como se verá, en modo alguno son animales salvajes.
Fuente
de La Cuyaratera
La
Fuente de La Cuyaratera,
en Villar, toma su nombre, considerablemente antiguo, del lugar en que se
encuentra, pues una finca con ese nombre aparece ya mencionada en un documento
de la Iglesia de Muros de 1789. La fuente se emplaza en un pequeño llano que,
en tiempos pasados, antes de la canalización de aguas, tanto de manantiales como
pluviales, debía de permanecer casi siempre inundado y era por ello idóneo para
el desarrollo de las cuyaratas, los “renacuajos”, así llamadas por su semejanza
formal a las cuyaras, “cucharas”.
Hasta hace unos veinte o treinta años era muy fácil observar, en la propia
fuente y especialmente en el abrevadero que había a su lado izquierdo, multitud
de esas cuyaratas y de tritones de llamativos y brillantes colores. Según
Benjamín Alonso (LIA 3, pág. 5), la fuente fue “construida y costeada por don
Francisco Grande Carreño, siendo alcalde en 1876”. Sufrió una restauración en
1965. Tenía fama de dar buena agua y, hasta la extensión de la traída de aguas
a las casas, eran muchos los vecinos de los alrededores, incluso desde La
Plaza, que acudían allí a buscarla. Con el mismo origen toponímico, las crías
de la rana, podríamos mencionar otra finca de Villar, Las Cuyarinas, de cuya existencia se tiene noticia pero que no ha
sido posible ubicar en el mapa.
En la carretera que desde La Plaza conduce a la Playa de Aguilar se encuentra La Fuente del Oso y a este animal alude también La cañada del oso, que se menciona en la memoria el segundo de los proyectos de esa carretera, elaborado a comienzos del pasado siglo XX.
Fuente
del Oso
En la carretera desde La Pumariega a San Esteban encontramos La Fuente del Caracol, a la que también se la llamó del Carlobo o del Bígaro. Con la construcción de la nueva carretera en torno a 1880 se planteó la necesidad de edificar una nueva fuente con abrevadero para animales y que resultara más accesible, aprovechando el agua de La Fuente del Castañeu, la cual está situada unos metros más arriba y que hoy sirve de captación.
Fuente
del Caracol o del Carlobo
El proyecto de remodelación fue aprobado por el Ayuntamiento en 1914 decidiendo instalar “un carlobo y una concha”, aquel para conducir la salida del agua y esta para colocar los recipientes para su recogida. Quizá el originario carlobo, el caracol marino, fue confundido con un caracol terrestre y de ahí surgieron las diferentes denominaciones. (Sobre la historia detallada de esta fuente puede verse el artículo de A. Grande, LIA 16, pág. 2).
El nombre de la Playa de Llargateiros parece aludir a los llargatos, variante de la voz asturiana llargatu, que designa al lacertauiridis,
el “lagarto verde”, que todavía puede verse, muy de vez en cuando, por nuestros
campos; además, en castellano, lagartero,
con el mismo sufijo, se define como “agujero o madriguera del lagarto”. Pero,
teniendo en cuenta que ese mismo término lagartero,
aplicado a un ave, significa “que se alimenta de lagartos” y que en gallego
existe el nombre lagarteiro para
denominar a un halcón de pequeño tamaño, el falco
tinnunculus o peñerina, podríamos
pensar también si no estaremos ante un topónimo que refleje la abundancia de
este tipo de pequeñas rapaces en los acantilados cercanos. En esta ocasión,
como en tantas otras en este ámbito de la toponimia, no nos queda sino plantear
propuestas de explicación, sin llegar a asegurar ninguna.
En
primer término, Llargateiros y Las Llanas separadas por las peñas descubiertas
de Güei d’en medio.
Otros zootopónimos son La Pulga, puesto de pesca unos metros más arriba de la Barquería de El Forno, La Culebra, finca situada cerca de Cazonera, y El Sapo, cerca de La Quintanina, que se explican por sí mismos. También podría interpretarse como zootopónimo La Corceta, un lugar de San Esteban que no ha podido situarse exactamente en el mapa, y que podría remontar al nombre del corciu o curciu “corzo”, denominación que provendría del participio fuerte CURTIUM del verbo latino *curtiare, que se aplicaría al corzo precisamente por su cola corta (X. Ll. García Arias, pág. 414).
Vista
del lugar denominado El Sapo en La Quintanina (Reborio).
Juan José García González – Javier
García Alonso
Bibliografía:
Alonso
Alonso, Benjamín, La Ilustración
Asturiana, 3, (otoño 2001) Muros de Nalón, pág. 5
Concepción
Suárez, Xulio, et alii, El legado. Ecos y Pasos: Toponimia de La
Ribera, Gijón, Ediciones Trea, 2023
Fernandez
de la Llana Granda Juan, Pintores
asturianos, Oviedo, Banco Herrero, 1980.
García
Alonso, Javier, Mapa de la Toponimia
Menor del concejo de Muros de Nalón, Muros de Nalón, 2022
García
Arias, Xosé Lluis, Pueblos asturianos.
El porqué de sus nombres, Alborá Llibros, Gijón, 2ª Ed., 2000.
González-Fierro,
Félix, Muros de Nalón, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos,
1953.
Grande
Roca, Armando, La Ilustración Asturiana,
1 (mayo 2001), pág. 2 y 16 (invierno 2005), pág. 2








Muchas gracias por la excelente información
ResponderEliminarGracias Isabel por tu comentario.
EliminarComo siempre, un placer y un privilegio leeros y conocer estas divulgaciones que hacéis con tanto acierto .
ResponderEliminarGracias por tu valoración. Para nosotros el placer es que les guste a los lectores.
EliminarHabéis hecho un trabajo exhaustivo dada la reducida extensión del municipio. Enhorabuena
ResponderEliminarPese a ser un concejo pequeño en superficie, es rico y variado en toponimia. Gracias por tu comentario.
EliminarExcelente y cuidadosa aportación.
ResponderEliminarGracias Agustín por tu comentario
EliminarMaravilloso. Gracias 👏
ResponderEliminarAnónimo, nos alegra que te guste. Gracias
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